domingo, 20 de junio de 2010

En el desierto de nuestras almas rondan memorias imposibles de olvidar.


Las mariposas ya no vuelan al compás de la música relajante producidas por las olas del mar, ahora vuelan contra la corriente de angustia y soledad, congeladas en corrientes de frió que se acercan desde el mas recóndito y obscuro sitio de sus almas, la franquesa ya no sobrevive, la ha derrotado el ego humano, habiendo se adueñado ya de todo, dejando la tierra triste y desierta, llena de lagos de mar y pena que no parecieran desvanecerse jamas, solitarios en guerras unos contra otros, intentando adueñarse de falsas identidades que los alienten a vivir un mundo de melancolía, de distancias interminables, de palabras jamas dichas para no lastimar, de consciencias perdidas y brazos rotos, manos que se deslizan por las cuerdas engrasadas sin mas sentidos que morir ahorcados en su propia inmundicia.